Niños de Educación Especial
Por Nellie Torres de Carella, patóloga del habla y lenguaje *
Directora, Instituto Fonemi de Puerto Rico
San Juan, Puerto Rico – Como es de conocimiento público, en Puerto Rico la cuarentena por la pandemia ha dejado desprovistos de terapias a miles de estudiantes de educación especial, quienes podrían no recibir servicios por el resto del semestre o hasta agosto si el coronavirus continúa como una amenaza, como se anticipa.
El cierre de escuelas y de centros que brindan terapias necesarias para los niños de educación especial durante la pandemia del COVID-19 puede traer consecuencias que los afecte por meses en varios renglones de sus vidas, mucho más allá de lo educativo.
¿Cuáles serían las consecuencias?
Pérdida de destrezas. Los niños de educación especial son muy sensitivos a perder destrezas tras periodos prologados sin estímulos de aprendizaje. En algunos no es necesario un receso de varios meses pues solo de dos a tres semanas es suficiente para que comiencen a perder dichas destrezas. La regresión o pérdida de ritmo de aprendizaje puede ser tal que les tome meses volver al lugar en donde estaban cuando cesaron los servicios. Mientras más largo el receso, mayor es el riesgo.
Esta realidad ocasionó que la ley federal que cobija los derechos de estos niños determinara que no pueden estar los meses de verano sin alguna ayuda, y se creó la alternativa del verano extendido. Esto les permite a estos estudiantes continuar sus terapias durante al menos uno de los meses del verano.
Fracaso escolar. Las terapias son esenciales para el desempeño educativo de estos niños, por lo que detener las mismas los coloca en riesgo de fracasar en el grado, aunque estén recibiendo la educación de manera virtual.
Problemas de comunicación. La ausencia de terapias, como las del habla y lenguaje, afecta otras áreas del quehacer humano, como la capacidad de comunicarse adecuadamente, de comprender y retener. Una disminución en la destreza de comprensión causará que no pueda entender lo que se le explique, por lo cual se tendrá que recurrir a técnicas diversas de enseñanza, prolongándose así aún más el tiempo que tome para comprender lo que se enseñe.
Problemas de conducta. Los problemas de conducta también pueden surgir por la dificultad para comunicarse efectivamente. En adición al cambio de su rutina y no poder salir del hogar, la dificultad para expresar lo que siente, por sus problemas del habla y lenguaje crean “la tormenta perfecta”, para que presente problemas de conducta que hagan más complicada la vida de la familia durante una cuarentena.
Estas son algunas de las consecuencias de la ausencia, mayormente enfocadas en un tipo de terapias, las del habla y lenguaje, pero los niños de educación especial suelen recibir otra variedad de terapias que, de no recibirlas virtualmente, también ocasionarán dificultades que afectarán su desempeño escolar virtual en estos momentos y presencial en un futuro.
Las terapias a distancia son el instrumento idóneo en estos momentos para minimizar esas consecuencias. Esta modalidad de servicios lleva más de 15 años en Estados Unidos. Esta modalidad terapéutica surgió para atender a los niños que residen en lugares remotos. Varias investigaciones validan su efectividad, no obstante, la cobertura de los planes médicos varía, dependiendo de la jurisdicción.
En Puerto Rico se está en proceso de aprobar una ley que regula la ciberterapia, que provee para que los servicios terapéuticos de fisioterapia, terapia ocupacional, terapia del habla, lenguaje, psicología, consejería, trabajo social, consejería en rehabilitación y terapia educativa, sean ofrecidos por un profesional autorizado mediante tecnología a distancia mientras dure la cuarentena.
No todos los niños pueden beneficiarse de las terapias virtuales o ciberterapias, por la naturaleza y complejidad del diagnóstico, y no todas las terapias se pueden ofrecer virtualmente. En el caso de que la terapia requiera la presencia del terapeuta que la ofrece, lo cual no es viable en estos momentos, unas recomendaciones para el hogar serán necesarias para mitigar, en lo posible, las consecuencias de la ausencia de las mismas.
Estamos viviendo una nueva realidad mundial que demanda de nosotros flexibilidad, creatividad y más compromiso que nunca de aquellos que trabajamos con niños de educación especial y sus familias. Es importante que nuestros niños de educación especial que pueden beneficiarse de terapias por telepráctica las comiencen sin dilación. Estos niños representan nuestra población más vulnerable en tiempos de cuarentena, no por un posible contagio, sino por la pérdida de destrezas que les tomaron mucho tiempo y esfuerzo en desarrollar. Procuremos que la prevención sea la norma, ellos y sus familias no necesitan otra pérdida adicional.
- La autora es patóloga del habla y lenguaje y directora del Instituto Fonemi de Puerto Rico. El Instituto Fonemi de Puerto Rico es una institución terapéutico-educativa que utiliza los programas modalidades y técnicas de terapia más efectivas, como la terapia sensorial auditiva Tomatis, el programa Lindamood Bell, la terapia oral-motor, la terapia para apraxia del habla infantil y la de narrativa, para ayudar a niños y jóvenes con diversos desórdenes de desarrollo o diagnósticos a superar muchas de sus dificultades. Ha desarrollado un programa integrado e intensivo para niños con autismo, problemas de lectura y escritura, apraxia del habla infantil, problemas de alimentación y trastorno de procesamiento auditivo. Actualmente solo ofrecen sus servicios por teleconferencia. Para información escribe al correo electrónico info@fonemipr.com.